● Prisma de Archivo. Promover un acceso extraordinario que refracte y se descomponga en narrativas”
(2023) ponencia para las IV Jornadas de discusión. III Congreso Internacional de Archivos Personales comúnmente extraordinarios: experiencias , trayectorias y derivas organizadas por el CedinCI (Argentina)
Los archivos de artista están conformados por documentos de múltiples formatos
El acceso a los archivos es un derecho de los ciudadanos y cumple una triple función social que abreva a su historia, memoria y derechos. La digitalización experimentada por las instituciones en los últimos años vio surgir al catálogo en línea como un instrumento fundamental cuya función primaria es la de brindar un servicio de información diligente a la hora de enumerar y especificar la ubicación de documentos en custodia.
El catálogo para la archivística resulta un gran punto de llegada que concentra todo el reflejo de los documentos en una sola herramienta. Sin embargo, más allá de los investigadores que son usuarios prioritarios de la plataforma, hay una comunidad no especializada de ciudadanos comunes para la cual resulta un punto de partida difuso y rodeado de palabras clave multinivel, que no colaboran para un conocimiento visualmente comprensivo de un archivo personal.
La estructuración jerárquica de los softwares disponibles, como el AtoM, de cara a una búsqueda aleatoria y sin rigores de investigación… ¿qué tipo de usuario están suponiendo? ¿Cuán amena puede ser la vinculación con un acervo para quien todavía no sabe lo que puede encontrar? El catálogo, que efectivamente resuelve una búsqueda investigativo-documental, ¿está al servicio de una visualización destacada de aquella información de tipo biográfica o de hitos significativos a la que refiere un archivo personal? ¿Dónde se manifiesta o se presenta la narrativa de los datos para que un receptor pueda experimentarla o visualizarla rápidamente sin ingresar al cuadro de clasificación? ¿Qué tipo de saber se enseña a partir de la experiencia de uso de los archivos digitales?
Las condiciones de accesibilidad son tan importantes como los documentos consignados. Disponibilizar la memoria de objetos para que sean fuente de nuevos descubrimientos implica considerar y centrar su recuperación sin perder el vínculo con sus futuros usos en tanto piezas culturales.
Para archivos personales de artistas, la curaduría documental, como praxis ejercida por profesionales no archivistas, puede brindar un complemento operativo útil de divulgación dentro de una política de acceso a los fondos menos especializada. Desde la metodología de la disciplina curatorial en artes visuales se pueden apelar a procesos de mediación que habiliten experiencias sensibles como parte de una instancia de experimentación de algunos documentos, complementando la descripción archivística. En otras palabras: refractar y descomponer en narrativas que, como derivas del archivo y a partir de investigaciones artísticas, comuniquen una historia de conjunto de los documentos. El diseño de recursos innovadores creados ad-hoc para dar a conocer archivos específicos puede convertirse en una externalización de la institución como gestora de procesos sociales.